Introducción
Siempre me gustaron las plantas,
y hace muchos años, cuando compré un departamento muy grande, con un balcón
terraza gigante, lo primero que hice, fue diseñar y construir una serie de
maceteros enormes de material en su contorno donde cultivaba unas plantas
maravillosas.
Pero después de unos años, me
tocó mudarme a un departamento mucho más pequeño e incrementar mis horarios de
trabajo fuera de casa, por los que no contaba ni con el espacio, ni con el
tiempo como para dedicarles a la jardinería.
Vivir en una ciudad como Buenos
Aires, y particularmente si se trata de un edificio de departamentos, no es el
ámbito ideal para el que quiera cultivar plantas.
Aun así, tengo unos lindos
balcones muy luminosos y soleados por las mañanas, pero las pocas plantas que
tuve nunca se desarrollaron por falta de cuidados, y la mayoría de ellas
sucumbieron por la falta del riego necesario, ya que no podía dedicarles la atención
que necesitaban.
Hace algunos años, una compañera
de trabajo me regaló un cactus en una macetita pequeña y lo ubiqué en uno de
mis balcones, en una parte muy luminosa, pero donde no le daba el sol directo durante
el verano, y la plantita, a pesar de no recibir cuidados, no paraba de crecer,
desarrollar hijuelos, y hasta el primer año me regaló una exótica flor de un
amarillo muy intenso.
Ahí descubrí que este tipo de
plantas era ideal para mí, ya que necesitaban pocos cuidados y poco riego, porque
provienen de un hábitat muy hostil como son las zonas desérticas, donde no
abunda la humedad.
Más adelante ocurrió que se
vendía una propiedad de un familiar que en vida había sabido cultivar hermosas
plantas en un patio hermoso, y nadie tenía espacio para ellas. Me ofrecieron
llevarme las que quisiera, pero yo no quería volver a repetir mi fracaso como
cuidador de plantas.
Pero en un rincón del patio descubrí
que había una pequeña mesita con cinco o seis macetitas con cactus y otras plantas
suculentas, y recordando mi experiencia previa con mi solitario cactus, pensé
que serían ideales para mi balcón.
Me las llevé a todas, y a partir
de allí comenzó mi pasión por estas bellas plantas, tan exóticas como nobles y
resistentes.
Fue el inicio de un proceso que
me llevó a formar una vasta colección de cactus y suculentas, y comencé a
interiorizarme de todos los detalles para su cuidado y a dedicarles más tiempo
a conocer sus secretos.
Por eso he tomado la decisión de
escribir este post en mi Blog, para los que comparten el amor por estas plantas.
Amor a primera vista
Las plantas suculentas despiertan
pasiones. Hay quienes las odian, y quienes las aman.
Entre los que las odian dicen que
los cactus tienen espinas y no son amigables, que traen mala suerte, y les
atribuyen un sinnúmero de culpas, claramente infundadas.
Pero también están los fanáticos,
que les atribuyen beneficios saludables y capacidades energéticas especiales, y
los coleccionistas que dedican sus días a cultivar estas plantas, y que les
apasiona conocer los nombres en latín de cada una de las especies y variedades,
y los que muestran su pasión y sus conocimientos escribiendo cientos de artículos,
generando foros de discusión, y grabando videos tutoriales en You Tube, donde
enseñan los cuidados que necesitan estas plantas, o simplemente mostrando sus exóticas
colecciones.
Además de despertar pasiones, las
suculentas nunca dejan de sorprendernos, con su infinita variedad de géneros y
especies, que ofrecen una increíble cantidad de formas, texturas y colores.
Es difícil resistirse a la
belleza de estas exóticas plantas, y de ahí su enorme valor ornamental,
ofreciendo un sinfín de posibilidades a la hora de decorar un jardín, un patio,
o como en mi caso, un simple balcón, pero también como plantas de interior, ya
que se adaptan fácilmente a diferentes hábitats.
Lo cierto es que cuando las
suculentas entran a nuestras casas, lo hacen para quedarse, y para
sorprendernos día a día con su belleza.
Para los que amamos la
naturaleza, cultivar una planta es una tarea muy gratificante, y también una eficaz
terapia para mitigar nuestro habitual stress urbano.
Pero también debemos aprender a cuidarlas,
y especialmente, a mantenerlas sanas. Hay que recordar que las plantas son
seres vivos, y que cada una de ellas es única, y que al provenir de diferentes hábitats,
necesitan recrear en parte, algunas de las condiciones ambientales de su
origen.
Particularmente este segmento del
mundo vegetal que denominamos como plantas suculentas, tiene algunas
particularidades, que las diferencian del resto de las plantas de jardín que
conocemos.
Por eso, si alguien quiere
empezar a dedicarse a cultivar estas hermosas plantitas, tiene que aprender
varias cosas antes de hacerlo, y para ellos es este artículo de mi blog.
Como dije antes, existen miles de
artículos y videos donde se abordan estos temas, pero como buen docente que
soy, he querido efectuar un resumen indispensable, con las cosas más
importantes que deben conocer para cuidar y tener siempre bellas y sanas las
plantas suculentas, y devolverles en parte, todas las satisfacciones que ellas
nos brindan.
He decidido dividir este trabajo
en seis artículos que tratan diferentes aspectos:
CACTUS Y
SUCULENTAS # 01 – Introducción (este artículo)
CACTUS Y
SUCULENTAS # 02 – Especies, familias y géneros
CACTUS Y
SUCULENTAS # 03 – Condiciones ambientales
CACTUS Y SUCULENTAS
# 04 – Mantenimiento y cuidados
CACTUS Y
SUCULENTAS # 05 – Fertilización y control de plagas y enfermedades
CACTUS Y
SUCULENTAS # 06 – Reproducción
Haciendo un click sobre el nombre
de cada artículo, podrás acceder al mismo. No obstante recomiendo leerlos en
orden, desde el primero hasta el último, para conocer bien, todos los detalles.
Bienvenidos a la sección de
jardinería de mi blog, y más abajo pueden dejar sus comentarios o consultas.