El Choque Generacional y la Formación Profesional
INTRODUCCION
La tecnología en los medios de medios de comunicación avanza vertiginosamente, trayendo consigo nuevos códigos, y nuevas formas de producir y generar los hechos comunicacionales.
Por cierto, la concepción de lo que significa hoy un Operador de Radio, no tiene la significación que tenía hace una década, y mucho menos la que tenía en los albores de la radiodifusión en el mundo, si nos remontamos casi un siglo atrás.
Claramente se observa un cambio de perfil, y está dado esencialmente por el rol protagónico que le cabe, a cargo de las tareas de producción-postproducción, almacenamiento, tratamiento, recepción y acceso de la información, que están siendo el motor más importante de la evolución del lenguaje mediático y aportan nuevos códigos simbólicos que producen una resignificación del mensaje.
Las producciones toman el manejo de la tecnología, ya no solo como “algo de la gente de técnica”, sino como una verdadera meta del producto final.
Un nuevo lenguaje se perfila en los medios de comunicación, fundamentalmente basado en la emergencia de estas nuevas tecnologías.
Tal como anticipara Nicholas Negroponte en su reveladora obra “Ser Digital”, allá por la década de los 90’s, la digitalización se adueñó de casi todo en la vida cotidiana de las personas, y ni hablar de los medios de comunicación, donde las técnicas digitales han reemplazado rápidamente la mayor parte de los dispositivos analógicos que conocíamos hasta hace un par de décadas.
MARCO DE REFERENCIA
El rápido crecimiento de las conexiones de banda ancha de Internet y la implantación de flujos de trabajo basados en tecnologías tapeless que se ha dado en las dos últimas dos décadas en los medios, trajo consigo un cambio en la forma de comunicar, de hacer negocios y de gestionar su evolución.
En el marco de este nuevo paradigma la información y los contenidos pasaron a constituirse en el principal activo de las empresas de medios, y esto significó un espectacular crecimiento de los datos de contenidos críticos.
La constitución de grandes cadenas radiales y televisivas y la conformación de generadoras y distribuidoras de contenidos de escala regional, hacen que cada vez sea más difícil para los usuarios y los grupos de IT, la administración de las comunicaciones y el manejo de estos datos que crecen en forma exponencial.
Este aumento en la información, que no tiene precedentes, ha generado un incremento en la demanda de nuevos métodos de comunicación y manejo de los datos, que exigen el soporte para un amplio espectro de usuarios y tipos de contenido.
La rápida migración de las tecnologías analógicas de audio y video, a los nuevos formatos digitales, ha traído consigo una mayor complejidad en el tratamiento de la información multimedial, que nada tiene que ver con el know how que tenían los equipos técnicos tradicionales de las emisoras.
La aparición de los nuevos expertos de IT en los medios, provocó un choque de intereses, y los cuestionamientos de los que “saben de medios” no se hicieron esperar.
Resulta obvio pensar que las mismas tecnologías que se utilizan en la actividad comercial o financiera, no pueden ser implantadas en los medios, sin una previa revisión y adaptación a las características propias de este negocio tan particular, que en vez de manejar datos y cifras monetarias, maneja “contenidos”, en muy variados formatos de imágenes, videos y audios de muy alta resolución.
La manipulación de estos contenidos, muchas veces está en manos de empleados administrativos que no poseen formación profesional y que desconocen las herramientas operativas.
La realidad expuesta, requiere un nuevo enfoque para la infraestructura de la tecnología en los medios de comunicación, que a su vez exige una plataforma común que integre todos los servicios necesarios.
El manejo de materiales audiovisuales en las estaciones de radio y TV tienen particularidades especiales que deben ser atendidas a la hora de planificar su gestión.
La flexibilidad que debe tener el sistema, y la posibilidad de importación de materiales ya digitalizados, también requiere del conocimiento adecuado de las herramientas de transcodificación necesarias para la unificación de formatos y calidades.
Soluciones tecnológicas de esta envergadura, requieren una gran responsabilidad y un profundo conocimiento del negocio, ya que su implantación en la estación, siempre implica cambios, que requieren la adaptación de los recursos humanos a nuevas modalidades de trabajo, y la curva de aprendizaje debe ser lo más pequeña posible.
Muchos medios están incorporando tecnologías de este tipo, que se denominan MAM (Media Asset Management) que básicamente constituyen un flujo de trabajo ordenado, que permite la gestión de los contenidos mediante las tareas de ingesta, digitalización, almacenamiento, catalogación, búsqueda, recuperación, y su posterior emisión y distribución.
Para el manejo de estos sistemas, se requiere de un profundo conocimiento y manejo de múltiples dispositivos digitales, pero muchas veces también analógicos, porque parte de la razón de la existencia de estos sistemas, es la recuperación de lo que habitualmente se denomina acervo histórico, y que constituyen todos aquellos contenidos que se encuentran dispersos, en diversos soportes y formatos, la mayoría de los cuales son analógicos.
Y aquí es donde se produce probablemente el mayor desafío para los Operadores. La brecha generacional que se manifiesta en los últimos años, hace que muchos de los “viejos operadores” tengan conocimientos de aquellos antiguos dispositivos analógicos, que ahora son nuevamente necesarios para recuperar materiales de archivo, pero que no cuenten con la formación necesaria en las nuevas tecnologías digitales.
Y por el contrario, los más jóvenes, que ya cuentan con esa formación, porque conviven a diario con las tecnologías digitales, se encuentran frente a la necesidad de tener que controlar dispositivos que no conocen, y que nunca manejaron.
Si a esto le sumamos, que en ambas generaciones, la formación profesional, especialmente en el interior del país, no ha sido todo lo eficiente que podríamos desear, nos encontramos frente a una realidad compleja, que es necesario remediar.
Por la responsabilidad que me cabe como docente, y en especial, por mi actividad como Coordinador de la Carrera de Operadores de Estudios en el ISER, he tenido que ir adaptando año tras año, los contenidos de los planes de estudios de la institución, incorporando las nuevas tecnologías, y paulatinamente ir desestimando aquellas tecnologías que se iban dejando de usar en las radios.
En esta categoría se encuentran fundamentalmente dos tecnologías: la primera, son los discos de vinilo, y la otra, las cintas de grabación magnética en sus distintos modos y formatos.
Por ese motivo, me he propuesto armar dos guías tutoriales, una referida a cada uno de los temas en cuestión, que se van a incorporar a este Blog próximamente, ya que se encuentran en proceso de elaboración.
En la investigación preliminar que estoy realizando, me encontré con la sorpresa de que muchos “aficionados”, se dedican a difundir consejos prácticos y distintas técnicas sobre la utilización de estos antiguos dispositivos, y debo decir que la mayoría de ellos carecen de seriedad, y fundamentalmente de rigor profesional.
Esta es una de las características de la estructura plana de Internet, donde cualquiera opina sobre cualquier tema, y el resto de los usuarios, toman por cierto lo que allí se dice, como si fuera una verdad revelada.
A modo de ejemplo, voy a contar una anécdota que me tocó presenciar en uno de los muchos viajes que realicé por el interior de nuestro país.
No voy a revelar datos de identificación de los protagonistas involucrados, porque no es mi intención molestar a nadie, sino que solamente me interesa extraer una conclusión de los hechos relatados.
Hace varios años, cuando todavía se usaban los discos vinilo en las radios, tuve que viajar a una provincia del norte de nuestro país, a dictar seminarios de capacitación en dos ciudades distintas, y en cada una de ellas participaron varios operadores de distintos medios locales. Como suele ocurrir, en estos eventos, muchas veces los propietarios de los medios, suelen invitarme a conocer sus emisoras, y me piden consejos de cómo mejorar alguna cosa en sus instalaciones.
A mí me gusta visitar estas emisoras, porque siempre se saca algo positivo, y además me sirve para tener una noción de la realidad que se vive en diferentes regiones de nuestro país.
En este caso, un joven que había participado del seminario, me invita a conocer su emisora, ya que el propietario era su papá, que estaba solo a dos cuadras del lugar donde nos encontrábamos, y como tenía tiempo, decidí ir con él hasta la radio.
Era una casa antigua de planta baja, refaccionada precariamente, y con un equipamiento a primera vista también precario. Como hago habitualmente, me dirigí al control para saludar al Operador, un hombre joven, de unos 35 años, de aspecto adusto.
Le pregunté si había tenido que trabajar toda la mañana, porque se había perdido el seminario de capacitación, y sorprendentemente, me contestó que no, que recién tomaba el turno, y que no le interesaban mucho los cursos, porque “no aprendés nada...”
“Yo hace 20 años que estoy aquí, y ya se todo lo que hay que saber….” me decía, mientras ponía un disco al aire, y con una botella de plástico en cuya etiqueta decía “Alcohol Fino” le echaba chorros sobre el disco, a la atura de los surcos que se estaban reproduciendo, de modo tal que la púa navegaba haciendo sapitos en un mar de líquido….
Cuando pude salir de asombro inicial, me animé a preguntarle: “..le ponés alcohol..??”a lo que me respondió, que tenía allí una “mescla de alcohol y agua…. mitad y mitad…”
Supongo que mi cara de asombro y desesperación fue tal, que el hombre pudo percibirla, y a modo de justificación, me dijo: “Le pongo esto porque los discos están gastados y hacen mucho ruido…”
Esta historia real que acabo de contar, constituyó uno de los hechos más relevantes que me hicieron reflexionar acerca de la necesidad de llevar la formación profesional a todas las provincias del país, para poder erradicar estas prácticas enquistadas en personas ineptas, que le hacen mucho daño a los medios.
Seguramente también es uno de los motivos que me movilizan para publicar en este Blog, los materiales prometidos, a medida que los vaya terminando.
Espero que puedan ser un buen aporte, como el de muchos otros profesionales que publican interesantísimos comentarios acerca de temas vinculados a la profesión.
Nos vemos en los próximos informes…
Prof. EDUARDO ESARTE