25 febrero 2020

CACTUS Y OTRAS SUCULENTAS # 03




Condiciones ambientales


Todos los biólogos coinciden en considerar la importancia de la interrelación entre la planta, el suelo y la atmósfera.

Las plantas, independientemente de la familia, género o especie a la que pertenecen, necesitan para crecer sanas, no solo un suelo o sustrato adecuado, sino también las condiciones climáticas y ambientales que recreen las condiciones de la zona de donde provienen.


La Luz


Las suculentas requieren mucha luz durante todo el año. Sin embargo se adaptan bien a condiciones de semi sombra, aunque a menudo se vuelven tiernas y estiradas por ello.

Hay que tener cuidado de no cambiar una planta que ha crecido en semi sombra, y ponerla al sol directo porque se pueden producir quemaduras.

En general, no es bueno exponerlos durante muchas horas al sol directo durante el verano, porque esto las estresa.

El estrés, suele cambiar el color de las plantas, y en algunos casos, se busca intencionalmente este efecto, pero hay que saber con qué especies hacerlo, y en qué momento.

Si se crían como plantas de interior, hay que ubicar las suculentas cerca de una ventana orientada al este o al noreste que aporte buena luz y buena ventilación.

Son plantas que soportan la temperatura de nuestros interiores, pero prefieren pasar el invierno en una habitación fresca y ventilada, y siempre con buena luz.

Como en todos los casos, es bueno averiguar el lugar de donde proviene cada variedad, para tratar de recrear su hábitat natural.

Si tenemos esta información, podremos proveerles las condiciones para que puedan crecer y desarrollarse plenamente como lo harían en el sitio en donde crecen originariamente.

La mayoría de las suculentas son nativas de zonas en donde el sol brilla en todo su esplendor, las lluvias son escasas o nulas y las temperaturas altas durante el día y bajas durante la noche.

Como vimos en el posteo anterior, debido a estas condiciones climáticas extremas, estas plantas sufrieron modificaciones en su morfología y fisiología, tanto para acumular mayor cantidad de agua en sus tejidos, como para evitar la deshidratación. De esta manera han logrado sobrevivir.

Si vamos a criar nuestras suculentas en el exterior, tendremos en cuenta las mismas consideraciones para saber en qué sector de nuestro patio, jardín o balcón, ubicar cada planta,  y con qué frecuencia realizar los riegos.

Dentro de las suculentas se encuentran especies que necesitan mucho sol y poca agua, como la mayoría de los cactus con espinas, pero hay algunas variedades como los cactus epífitos que, por ser oriundos de zonas selváticas, requieren un hábitat sombrío y un poco más húmedo.

En cambio muchas suculentas no Cactáceas, como las Echeverias, Graptoverias, Sedums y Crásulas, por mencionar algunas, ya se han adaptado al clima húmedo de Buenos Aires y no solo pueden cultivarse al aire libre, sino que toleran sin problemas las lluvias, incluso durante varios días.

Sin embargo, dentro de estos mismos géneros, también encontramos especies muy delicadas que requieren poco riego y protección del sol directo.

Por último, especies como los cactus Lithops (conocidas como piedras vivas) no necesitan prácticamente nada de riego.


La ubicación


Cuando compramos una planta nueva, en general provienen de viveros, y por lo tanto, hay que tratar de no exponerla directamente al aire libre, sino ir acostumbrándolas paulatinamente para no estresarla.

No hay que ubicar las plantas contra las paredes ya que es en esos lugares es donde más se observa la aparición de plagas como la cochinilla y la arañuela roja.


Macetas y sustrato


No es difícil cultivar estas plantas en macetas, pero hay que tomar ciertos recaudos a la hora de hacerlo, y el primer tema a tener en cuenta es el tipo de maceta y sustrato que vamos a usar.

El sustrato, por decirlo de otro modo, es la tierra que vas a poner en la maceta para plantar o trasplantar los cactus y las suculentas.

Como ya dijimos antes, es necesario que en la medida de lo posible, reproduzcamos las condiciones de vida naturales para las que se han adaptado, y la forma en que obtienen los nutrientes necesarios para su supervivencia.

Por ese motivo no podemos usar tierra negra común para plantarlas, como hacemos con cualquier otra planta, especialmente porque son especialmente sensibles a la humedad excesiva.

No nos olvidemos que provienen de zonas desérticas, donde las condiciones climáticas y del suelo son muy particulares.

Los cactus y las suculentas pueden vivir durante varios meses sin recibir riego, y en cambio podrían sucumbir en pocos días con el exceso de humedad en sus raíces.

Por eso necesitamos usar un sustrato especial, que además de aportar los nutrientes esenciales para que las plantas se puedan desarrollar, tenga una estructura que permita un perfecto drenaje del agua excedente, reteniendo la humedad justa que la planta necesita.

Si plantamos nuestros cactus en tierra negra común, que retiene la humedad en forma excesiva, se van a terminar pudriendo las raíces, y en poco tiempo la planta se va a morir.

El sustrato que utilicemos tiene que estar bien balanceado. Por un lado tiene que estar bien aireado y ser lo suficientemente poroso como para permitir un perfecto drenaje, y por otro lado, tiene que tener cierta consistencia para brindar un buen anclaje a las raíces permitiendo su desarrollo a medida que la planta va creciendo.

Dicho esto, comencemos por el principio:

Las macetas


Cuando se compra un cactus o una suculenta, o cuando se lo cultiva y ya comienza a desarrollarse, lo primero que hay que hacer es cambiarlo de maceta agregando nuevo sustrato.

No importa el tipo de maceta que se va a utilizar. Las macetas pueden ser de terracota, de cemento moldeado, de cerámica o de plástico indistintamente.

Siempre hay que elegir una maceta un poco más grande que la que tiene en el momento que se lo va a trasplantar, ya que suponemos que la planta va a seguir creciendo, y las raíces necesitan más espacio para su desarrollo.

Es recomendable repetir esta operación de cambio de maceta con sustrato nuevo, cada dos o tres años, siempre aumentando un punto el tamaño de la maceta.

Lo más importante de la maceta es que tenga buenos orificios de drenaje. Hay que considerar que muchas macetas se venden sin los orificios y hay que hacerlos antes de utilizarlas.

Una vez que elegimos la maceta adecuada y le hicimos los orificios de drenaje, vamos a llenar el fondo de la misma con piedras partidas o leca, hasta completar un tercio aproximadamente de la altura total de la maceta.

Si la maceta es muy profunda, se pueden poner piedras partidas, y una capa de leca arriba de estas, y recién entonces agregar el sustrato.

Las piedras partidas se pueden conseguir en los corralones de materiales para la construcción, y la leca se puede comprar en cualquier vivero en bolsas de distintos tamaños (a veces también se vende en los corralones)

Si van a dedicarse a cultivar estas plantas, yo les recomiendo tener siempre una bolsa grande de leca, ya que no se deteriora con el tiempo, y la van a utilizar muy a menudo.

La leca, es arcilla expandida, y resulta un material inerte, liviano  y muy estable (por eso también se usa mucho en la construcción)

Son como pequeñas piedritas, livianas y porosas, que van a aportar un perfecto drenaje del exceso de riego y además no van a permitir que se obstruyan los orificios de la maceta.

Una vez que hicimos esto, vamos agregar una capa de sustrato hasta completar la altura de las raíces de la planta que vamos a trasplantar, como para que la base del cactus quede a unos pocos milímetros por debajo del borde de la maceta nueva.


El sustrato


Existen tantas fórmulas de sustratos para Suculentas como aficionados a su cultivo existen. Cada uno tiene su propia receta.

De tantas sugerencias que he visto, y de haber probado muchas de ellas, he elegido mi propia mezcla, fundamentando el uso de cada uno de sus componentes.

El sustrato que vamos a utilizar está compuesto por una mezcla de turba, arcilla (o tierra negra), arena gruesa de río o arena de cuarzo (no usar arena de construcción, ni arena de playa), perlita y piedritas de leca o cantos rodados pequeños, de no más de 5mm de diámetro.

Todos estos componentes se pueden conseguir en bolsas en cualquier vivero, o en la sección de jardinería de cualquier tienda o centro comercial del hogar.

La turba retiene la humedad y los nutrientes esenciales para que la planta pueda crecer, y le proporciona al suelo la acidez necesaria.

La arcilla también tiene la capacidad de ofrecer una gran retención de nutrientes y la arena gruesa, por su parte, mejora el drenaje del riego, y combinada con la arcilla aportan el anclaje necesario para que las raíces puedan sostener la planta.

Finalmente, la perlita, que son como unas bolitas blancas que parecen de telgopor, le otorga porosidad a la mezcla para que se mantenga aireada.

La otra opción, es comprar un sustrato especial para cactus ya preparado, que viene en bolsas de 5 o 10 lts, y que creo que es lo más recomendable si no tienen mucha experiencia.

Yo he utilizado uno de la marca TerrafertilR que es excelente y está muy bien balanceado. Solamente suelo agregarle un poco más de turba, para alivianar un poco la mezcla.

Quizás el mejor consejo sea comenzar a cultivar las especies más sencillas y conocidas con las cuales poder utilizar un sustrato ya preparado como el mencionado, y luego ir haciendo modificaciones en su composición a medida que vamos conociendo nuevas especies y sus requerimientos.


Trasplante


Cuando compramos una suculenta, en general no conocemos su origen, y no sabemos bien si en el vivero donde la cultivaron, han sido cuidadosos con ella. Por eso lo más recomendable es trasplantarla a una nueva maceta con sustrato nuevo.

Para ello vamos a elegir la maceta adecuada preparándola como ya mencionamos antes, y vamos a extraer la planta de su maceta de origen tratando de no lastimar las raíces al eliminar el sustrato adherido a las mismas.

Después vamos a colocar la planta sobre una capa de sustrato en la nueva maceta, y luego completar los espacios presionando suavemente como para que quede firme.

Luego del trasplante no regar durante los primeros 10 días, para permitir que las raíces se desarrollen en busca de la humedad, y para que se puedan cicatrizar las pequeñas heridas que hayan sufrido durante las maniobras del trasplante.

A lo sumo, si fuera necesario, pulverizar la planta con agua pura al anochecer, cada dos o tres días.

Una vez pasados estos primeros días, mojar abundantemente el sustrato, hasta que drene por los orificios de la maceta. Esto va a hacer que el sustrato comience a aportar sus nutrientes y que las raíces comiencen a recogerlos.

Después del riego inicial, solo volver a regar, cuando el sustrato esté completamente seco.


-----
Este trabajo está dividido en seis artículos que tratan diferentes aspectos:

CACTUS Y SUCULENTAS # 01 – Introducción (este artículo)
CACTUS Y SUCULENTAS # 02 – Especies, familias y géneros
CACTUS Y SUCULENTAS # 03 – Condiciones ambientales
CACTUS Y SUCULENTAS # 04 – Mantenimiento y cuidados
CACTUS Y SUCULENTAS # 05 – Fertilización y control de plagas y enfermedades
CACTUS Y SUCULENTAS # 06 – Reproducción

Haciendo un click sobre el nombre de cada artículo, podrás acceder al mismo. No obstante recomiendo leerlos en orden, desde el primero hasta el último, para conocer todos los detalles.

Más abajo pueden dejar sus comentarios o consultas.


No hay comentarios.: