13 febrero 2012

Chau Whitney… hasta pronto


Como si el destino se hubiera empecinado en robarnos las mejores voces de nuestra música, esta vez se nos fue Whitney Houston.

Hace unos pocos días, escribí el post anterior con el testimonio por la enorme pena que me causó la desaparición del Flaco Spinetta.

Les recomiendo que lo lean en: http://edukaposmo.blogspot.com/2012/02/chau-flaco-hasta-pronto.html. Allí traté de racionalizar de alguna manera, lo que significa en nuestros sentimientos, el espacio simbólico que ocupan las artes en general, y en este caso, la música en particular.

No voy a repetir ahora lo mismo, pero cada una de las apreciaciones que hice respecto de la resignificación interior que se produce con la música, que logra hacer vibrar nuestra emoción, valen igual para las canciones de Whitney, tanto como para las de Luis Alberto Spinetta.

Obviamente se trata de dos estilos distintos, dos significantes distintos, y dos historias bien diferentes, pero ambas manifestaciones artísticas apelan a la misma emoción musical y poética.

Evaluar la importancia de Whitney Houston, solo como la artista pop más galardonada de todos los tiempos en la industria musical, con más 170 millones de discos vendidos, y cientos de premios, es al menos una visión parcial.

Esta mezzosoprano de increíbles dotes vocales, supo imprimirle a sus interpretaciones una dulzura melódica sin precedentes, y una emoción particular, que llega a tocar las fibras más íntimas de nuestra sensibilidad.

Indudablemente Whitney supo conjugar en su particular estilo, las raíces de la música negra americana, del góspel, del soul y del blues, y el camino que supieron abrir en los 70’s con la música disco, sus dignas antecesoras, como Tina Turner, Donna Summer, Gloria Gaynor, Dionne Warwick (su prima en la vida real) y Aretha Franklin (su madrina)

Hija de una famosa cantante góspel, Whitney tuvo en su vida todo lo que necesitaba para convertirse a mediados de los 80's, en una estrella que trascendió todo lo conocido hasta el momento. Puro talento. Una intérprete sin precedentes, ni posibles comparaciones.

A los que nos emocionamos con su belleza artística y su increíblemente afinada y melodiosa voz, solo nos resta volver a escuchar sus canciones, y permitir que con su combinación, vuelvan a abrirnos las llaves del alma.

Nunca te vamos a olvidar… negrita hermosa… gracias por endulzarnos los oídos… y el alma...


EDUARDO ESARTE