Como si el destino se
hubiera empecinado en robarnos las mejores voces de nuestra música, esta vez se
nos fue Whitney Houston.
Hace unos pocos días,
escribí el post anterior con el testimonio por la enorme pena que me causó la
desaparición del Flaco Spinetta.
Les recomiendo que lo
lean en: http://edukaposmo.blogspot.com/2012/02/chau-flaco-hasta-pronto.html.
Allí traté de racionalizar de alguna manera, lo que significa en nuestros
sentimientos, el espacio simbólico que ocupan las artes en general, y en este
caso, la música en particular.
No voy a repetir ahora
lo mismo, pero cada una de las apreciaciones que hice respecto de la
resignificación interior que se produce con la música, que logra hacer vibrar
nuestra emoción, valen igual para las canciones de Whitney, tanto como para las
de Luis Alberto Spinetta.
Obviamente se trata de
dos estilos distintos, dos significantes distintos, y dos historias
bien diferentes, pero ambas manifestaciones artísticas apelan a la misma
emoción musical y poética.
Evaluar la importancia
de Whitney Houston, solo como la artista pop más galardonada de todos los
tiempos en la industria musical, con más 170 millones de discos vendidos, y
cientos de premios, es al menos una visión parcial.
Esta mezzosoprano de
increíbles dotes vocales, supo imprimirle a sus interpretaciones una dulzura
melódica sin precedentes, y una emoción particular, que llega a tocar las fibras
más íntimas de nuestra sensibilidad.
Indudablemente Whitney
supo conjugar en su particular estilo, las raíces de la música negra americana,
del góspel, del soul y del blues, y el camino que supieron abrir en los 70’s con
la música disco, sus dignas antecesoras, como Tina Turner, Donna Summer, Gloria Gaynor,
Dionne Warwick (su prima en la vida real) y Aretha Franklin (su madrina)
Hija de una famosa
cantante góspel, Whitney tuvo en su vida todo lo que necesitaba para
convertirse a mediados de los 80's, en una estrella que trascendió todo lo
conocido hasta el momento. Puro talento. Una intérprete sin precedentes, ni
posibles comparaciones.
A los que nos
emocionamos con su belleza artística y su increíblemente afinada y melodiosa
voz, solo nos resta volver a escuchar sus canciones, y permitir que con su combinación,
vuelvan a abrirnos las llaves del alma.
Nunca te vamos a
olvidar… negrita hermosa… gracias por endulzarnos los oídos… y el alma...